Manuel
Guerra Pérez
Judith Lufriu García, su esposo Félix Perera y sus
tres hijos menores de edad, fueron desalojados por la policía en dos ocasiones
consecutivas de una vivienda que había ocupado por alrededor de 4 años, en el
reparto del Moro en el municipio de Arroyo Naranjo, en esta capital el hecho
ocurrió el pasado día 29 de marzo.
Lufriu García de 37 años, Perera Estiven de 40 años
junto a sus tres hijos Josué de 3 (quien nació en ese hogar) Jorge de 7 y
Yailenis de 8 años respectivamente fueron desalojados a la fuerza por más de 20
agentes policiales, 4 agentes del Departamento Técnico de Investigaciones DTI,
junto alrededor de 10 funcionarios de la
Dirección Municipal de la Vivienda (DMV), del hogar que estuvieron habitando
por los últimos 4 años, al que penetraron ilegalmente cuando ese hogar estaba
sellado por la (DMV).
El operativo comenzó sobre las 7:00 am del día 29
cuando los menores Jorge y Yailenis se alistaban para ir a la escuela, frente a
los niños el padre Félix Perera fue sacado del lugar en un auto policial. El
desalojo duro alrededor de tres horas, mientras los agentes policiales no
dejaban que varios vecinos que salieron
a la calle se acercaran al hogar, algunos de los cuales expresaban su indignación
a las autoridades, mientras los
funcionarios de la vivienda montaban las pertenencias de los desalojados a un
camión estatal.
Las pertenecías fueron llevadas hacia el lugar donde
residían anteriormente, una pequeña casa madera parcialmente derrumbada y
dejadas allí ubicada a menos de un kilometro del lugar.
El sábado en la noche la familia Lufriu García volvió
a penetrar el hogar, el domingo un auto patrullero volvió a personarse en la
vivienda y el lunes en la mañana volvieron a realizar un nuevo operativo,
aunque este según la misma Judith Lufriu fue menos aparatoso. La madre Judith
con sus tres hijos fue rumbo hacia la sede del gobierno municipal y allí se
declaro como persona sin techo y que no saldría del lugar hasta que las
autoridades no le consiguieran un lugar donde vivir, luego de tres horas en el
lugar le cedieron un local en un albergue ubicado en el reparto de Fraternidad
en el mismo municipio.
“No
estoy conforme ya que arregle aquella casa con los únicos recursos que tenia
pero si no me planto fuete ante esta gente (las autoridades) ahora estuviera en
la calle” enfatizo García.
El local que le dieron a esta familia que es de bajos
recursos en el albergue carece de agua potable y tenían que arreglarle la
electricidad, tampoco los funcionarios de la vivienda les explicaron por cuánto
tiempo podrán estar allí.
guerraperezmanuel@yahoo.com
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