por Manuel Guerra Pérez
Periodista Independiente
12 de mayo de 2011
Foto: Juan Wilfredo Soto García
La Habana. El asesinato del opositor Juan Wilfredo Soto García, causado por una brutal golpiza por parte de esbirros al servicio del régimen de la isla, ha consternado a miembros de la oposición interna y ha llamado poderosamente la atención de Gobiernos y Organizaciones No Gubernamentales extranjeras.
La nomenclatura militarista de línea dura en el poder en sus discursos y acciones ha dejado claro que “defenderá” con uñas y dientes su poder absoluto y no están dispuestos a que grupos opositores pongan en desequilibrio su totalitarismo salvaje.
Con motivo del trágico suceso han habido tibias protestas internas en la isla, insuficientes y poco coordinadas, la magnitud de este terrible hecho debió ser motivo de un levantamiento de disidentes en toda la isla sin importar la agrupación o partido, tendencia o región y demostrarle a estos viejos octogenarios que todos estamos dispuestos a correr la misma suerte que nuestro hermano Soto García, en defensa de los más elementales derechos civiles.
La cúpula del régimen nos observa y a nuestra pasividad seguirá aumentando su violencia y desenfreno.
Mi más sentido pésame a la familia Soto García, que han perdido a un hijo, a un padre y a un hermano, y han tenido que soportar la manipulación y el descrédito del régimen en un momento tan triste, tal vez piensen que su trágica muerte haya sido en vano.
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