domingo, 2 de octubre de 2011

Un empleo fatal

por Manuel Guerra Pérez

Periodista Independiente

 

15 de septiembre de 2011

 

La Habana.  Mientras la tristeza la invade al pensar que sería en estos momentos de sus dos  pequeños hijos, Caridad Peraza Tamayo se encuentra en un reclusorio para mujeres cumpliendo una sanción de dos años  por practicar  uno de los empleos más antiguos del mundo, la prostitución.

 

Cari, como todos la llaman en su localidad tiene dos hijos, de 2 y 8 años respectivamente a los que ama con locura y son la causa por la que se encuentra en esta situación, según expresaron sus propios  familiares.

 

La joven es conocida por ser muy emprendedora, según comenta una  vecina, vendía de todo, hasta cajas de muertos si se lo proponía, todo lo que ella hacía era para poder mantener a sus dos hijos que no reciben la mantención de sus padres biológicos.  Mas ella no trabajaba oficialmente para el gobierno (en estos momentos hay un alto nivel de desempleo en Cuba) lo que convierte su existencia y la de sus hijos en toda una odisea.

 

La prostitución en la isla es denominada por las autoridades como comercio carnal y es sancionada en el código penal a penas de cárcel desde dos a cinco años de privación de libertad a aquellas personas que obtengan beneficios del ejercicio de la prostitución por parte de otra persona o la explotación de las relaciones sexuales como actividad lucrativa.

 

Las personas dedicadas a esta actividad en Cuba son conocidas como jineteras ocupación muy generalizada por estos tiempos principalmente por jóvenes, de disimiles estratos sociales que van desde  jóvenes sin oportunidades, estudiantes universitarias y hasta mujeres casadas que se sienten ahogados por la cruenta realidad económica y social que se vive en esta isla. 

 

La protagonista de esta historia comenzó a ejercer la prostitución como forma de vida para poder mantener a sus hijos, aunque nunca la practicó en su localidad de residencia según alegaron varios conocidos. En una ocasión había sido  advertida por las autoridades momento en el que le realizaron una carta de advertencia por supuestamente ejercer el comercio carnal, pero Cari no reparo en ello y continuo con su labor, hasta que fue detenida tras un operativo contra la prostitución realizado por las autoridades  donde fue detenida junto a varias jóvenes por agentes encubiertos que se hicieron pasar por clientes.

 

Los dos hijos de Cari conviven en estos momentos con sus padres ya que la familiar más cercana que es su  abuela materna se encuentra imposibilitada de tenerlos  por ser una anciana, la madre de Caridad no convivía con ella y se mantiene al margen de esta situación ya que es miembro del gobernante Partido Comunista de Cuba.

 

El padre del menor de los hijos de Cari quien la visita a menudo al reclusorio comento que ella estaba muy afectada con la situación y había intentado suicidarse en una ocasión aunque él cree que no, lo vuelva a ser por la conciencia de sus hijos.

 

En una sociedad como la nuestra, jóvenes con situaciones similares a esta cuando cumplen con la condena impuesta no vuelven a tener oportunidades de trabajo o cursos de superación porque son vistas  como ex convictas  y no idóneas para ejercer  alguna profesión. Caridad Peraza Tamayo tendrá que esperar para ver que le deparara el destino y  para cuando cumpla su condena que oportunidades que le quedaran para continuar su vida con sus pequeños hijos.



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